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viernes, 18 de enero de 2013

Escapada a una de las costas vírgenes de Europa


Cercana y remota. Espectacular y por descubrir. La costa vicentina, en el extremo sureste de Portugal, conforma uno de los litorales costeros mejor conservados de Europa y también más desconocidos. En esta época del año reserva al visitante placeres difíciles de encontrar juntos en un mismo y extraordinario destino: playas salvajes y casi desiertas, días soleados con suaves temperaturas diurnas y bosques pintados con todos los matices del otoño que terminan en sobrecogedores acantilados.

El hotel Memmo Baleeira, situado en Sagres, la histórica villa de este espectacular entorno, nos propone un “country break” especial, una escapada a esta naturaleza profunda y pura para desconectar por unos días del ritmo de vida urbanita y del estrés de la sociedad hiper conectada.

“El otoño aquí es espectacular. El viento amaina y la calidad de la luz es extraordinaria. El campo despliega sus mejores tonos dorados y rojizos y nuestras huellas es probable que sean las únicas que encontremos sobre la arena de estas impresionantes playas”, describe Rodrigo Machaz enamorado de estas tierras y artífice del Hotel Memmo Baleeira, enclavado en el propio Parque Natural de la Costa Vicentina.
 

Pasada la más bulliciosa temporada veraniega, las propuestas del hotel invitan a disfrutar de ese sabor local y auténtico que no es posible encontrar en otras zonas del Algarve y que se perfila como la gran tendencia viajera de los próximos años. Lo local gana terreno. Sagres conserva toda su esencia y el Hotel Memmo Baleeira propone saborear las costumbres locales de la temporada, como disfrutar de la “jeropiga”, una bebida tradicional elaborada con el mosto de la uva, o adentrarse por los senderos históricos de la zona, bien a pie o en las bicicletas que el hotel pone a disposición de sus clientes.
 



 
La Ruta Vicentina, estrenada el pasado mayo y merecedora del premio a la mejor iniciativa turística  portuguesa, ofrece dos pistas diferentes, una destinada a la exploración del interior más antiguo de la región, que atraviesa varios pueblos, y una segunda formada por los senderos de pescadores a lo largo de la costa hasta el Cabo San Vicente. Parte del recorrido de ambas puede realizarse desde la propia puerta del hotel, y la temperatura de esta época del año (18-20 grados diurnos) invita a esos largos paseos que bajo los rigores veraniegos tal vez no resultan tan gratificantes.

El hotel propone igualmente como actividad jogging por la mañana hasta el punto más suroccidental de Europa, el mencionado Cabo San Vicente, o hasta la más cercana Fortaleza de Sagres, que da cuenta de la importancia histórica que tuvo la freguesía portuguesa como sede de la escuela de navegación de Enrique el Navegante.

Para los huéspedes menos activos, el hotel propone mañanas de lectura tranquila en las butacas de su espléndido jardín mirando al mar, darse un chapuzón en su piscina cubierta o relajarse en el spa, disfrutando del baño turco, de la sauna o de un buen masaje. La temporada otoñal invita a disfrutar más intensamente de los acogedores y luminosos espacios del hotel, concebidos al mismo tiempo para contemplar el espléndido paisaje en el que está enclavado. Tras sus amplios ventanales puede saborearse todas las tardes té con scounds…y vistas privilegiadas. Un paseo para disfrutar del espectáculo de ver atardecer sobre el Atlántico junto al faro más grande de Europa es cita obligada para unos y otros antes de disfrutar de una cena de auténtico sabor local, como el bacalao con patatas dulces en el restaurante del hotel o en alguno de los pequeños restaurantes de sabor auténtico que frecuentan los pescadores de Sagres.

Sobre el Hotel MemmoBaleeira

El hotel Memmo Baleeira ofrece a sus huéspedes una experiencia única, donde la comodidad y la sensación de calma se convierten en piezas clave de la estancia. Las 111 habitaciones y 33 suites del hotel, en las que la luz natural penetra con generosidad, comparten un estilo contemporáneo y minimalista, en el que destacan las tonalidades blancas, marrones y azules, que se propagan por el resto de las instalaciones, en las que también pueden encontrarse piezas de los reconocidos interioristas y diseñadores como Philippe Starck o Tom Vac.

El Algarve portugués es uno de los destinos predilectos para los amantes de los deportes acuáticos, el propio hotel posee un centro de surf a disposición de los huéspedes.

El hotel se encuentra en la playa de Baleeira, una de las más resguardas de la zona, y en pleno centro de Sagres, con  una pequeña pero interesante oferta gastronómica local.




6 comentarios:

  1. Es cierto es precioso,y se come muy bien!!!

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  2. menudo pedazo de lugar!!!! que ganas de ir me han entrado!! bess

    estoy de sorteo!
    http://onbelleza.blogspot.com

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  3. Que bonitas las fotos, con el frío que está haciendo apetece playa todavía más.
    Besos!!

    http://elblogdelaurel.blogspot.com.es

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  4. Quien se pudiera ir ahora por alli

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  5. aynssss, qué ganas de estar allí, je,je,je...el lugar me parece precioso y estoy segura que alojarse en el hotel tiene que ser una gozada...

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